viernes, 11 de julio de 2014

Otra oposición más a comisario

Cuentan que hace años se presentaron a la misma oposición el ex alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván y Manuel Fraga Iribarne .Tierno obtuvo el número uno y Fraga el número dos. A éste no pareció sentarle bien ser el segundo y volvió a presentarse al año siguiente consiguiendo el ansiado número uno. Acaban de finalizar las pruebas del concurso de oposición de ascenso a comisario en el CNP. Y por segundo año consecutivo me eliminan en la entrevista personal. No he podido , por tanto, llegar a leer mi examen. En casi 33 años en el Cuerpo carezco de anotaciones desfavorables, casi siempre he estado en servicios operativos y, salvó los últimos cinco años, en la batallona que le llaman mis amigos. Entré en el Cuerpo en la escala básica con un ajustado graduado escolar, luego a base de esfuerzo hice en la UNED Derecho, Ciencias Políticas y Psicología (salvo 9 asignaturas), me queda el trabajo fin de grado en criminología, soy experto universitario en derecho ambiental, he hecho dos master uno en la UNED y otro en la Universidad de Alcalá de Henares y decenas de cursos profesionales. He aprobado cinco oposiciones, todas las del CNP hasta Inspector Jefe a la primera y con buenos números. Creo que nunca he cogido una baja salvo en un par de operaciones y un esguince. Voy al tiro cada 3 meses (aunque parezca increíble). En fin, no parecen haber sido méritos suficientes a los ojos del tribunal para, al menos, dejarme leer el examen. Que se le va a hacer. Suerte que no se pueden hacer comparaciones y menos públicamente.
 
 
 
 Sólo un sindicato, hasta el momento, ha publicado un escrito poniendo de manifiesto las sospechas sobre "las circunstancias" que rodean esta oposición. Comprendo que es difícil probar nada. Los exámenes cada vez más subjetivos y generales (el modelo policial español, análisis situacional en El Sahel) conducen a una apreciación libre. El personal se resigna, abandona, se conforma y comenta "esto es lo que hay". Pues no. Yo asistí, una vez eliminado, a las lecturas, como publico, los días 7 y 9 y como se que circula por ahí todo tipo de rumorologia voy a contar lo que ocurrió. El primer día a regañadientes, es decir, después de enfrentarme con el presidente del tribunal, me permitieron mantener el iPad pero me retiraron el teléfono móvil con la excusa de que no está permitido ningún medio electrónico en la sala por decisión, no pública, del tribunal. Me devolvían el teléfono en cada receso cuidando que estuviera apagado. El segundo día nueva bronca con el iPad. Me obligaron a mantenerlo apagado y, después del primer receso, se acercó el secretario pretendiendo que le mostrara si estaba o no apagado a lo que me negué categóricamente. El presidente me comunicó que si no se lo mostraba me expulsaba de la sala y como no permití que lo inspeccionarán me expulsaron. De manera que, como les advertí, a continuación me dirigí al juzgado de guardia y denuncie los hechos. En el curso de las exposiciones observe diversas circunstancias que, como se dice ahora, me llamaron poderosamente la atención, pero que no puedo contar aquí, si bien abundan en lo ya conocido. Tengo que decir también que le he propuesto a mi sindicato que se persone en las actuaciones y se han negado. Ellos verán. En fin, todo muy triste. Hablé con uno de los opositores, jefe de una comisaría local, se había presentado ocho veces. Ya me gustaría que ocurriera ahora lo mismo que pasaba en pleno franquismo y que denota la anécdota que tuvo como protagonistas a Tierno y Fraga. ¡Si ellos levantarán la cabeza!.

2 comentarios:

  1. Menos mal que alguien "de peso" se atreve a "denunciar" lo que ocurre en algunas o todas las oposiciones. Gracias

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  2. Ya se ve a diario en lo que se ha convertido la judicatura tras tantos años de tejemanejes de los padres de la patria andorrana, gibraltareña y de las Islas Caimán. No se esconden, sus señoras escriben libros de la insignificante causa que su mussoliniode acaba de sentenciar, sin vergüenzas ni miramiento.
    ¿En qué escenario ve usted posible la existencia de un brazo armado sin cerrojos redundantes?

    El segundo alcalde más querido por los madrileños sacó la cátedra de derecho en la Universidad de Murcia en el 48. El otro aludido tampoco andaba mal de currículum. Teniendo en cuenta la escasez de rigor que va quedando en evidencia al respecto de estas mitologías, ¿no pudo ser la cosa a la inversa?

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