miércoles, 28 de mayo de 2014

Otra decepción más

Decía Pirandello que el hombre está siempre dispuesto a negar aquello que no comprende y, efectivamente, hay algunos que no comprenden la importancia de hacer deporte. Lo grave es que aquellos sean precisamente los que se encuentran en puestos de responsabilidad. Donde hay que decidir si fomentar o no fomentar. Hace muchos años que acudo a realizar las pruebas de aptitud deportiva. Son unas pruebas cuya finalidad se supone que es estimular la práctica deportiva en la policía y para ello bareman. Es decir, dan puntuación que sirve para presentarse a los procesos de promoción interna de manera que aquellos que están en disposición de ascender (y son jóvenes) suelen presentarse.



 Yo me presento desde hace años por el simple placer de participar en unas pruebas deportivas entre compañeros y porque creo que hay que dar ejemplo. Para concurrir a ellas, es necesario hacerse un reconocimiento médico anual que se obtiene en los servicios médicos de la policía. Pues bien, este año cuando acudo a estos servicios médicos para someterme al reconocimiento me dicen que tengo que ir antes al cardiólogo. Ante mi estupefacción se excusan diciendo que hay algún compañero que ha muerto haciendo las pruebas y que han decidido que los que quieran hacerlas, no se si a partir de una determinada edad, deben someterse a ese reconocimiento adicional en un cardiólogo particular, es decir ajeno a la policía. Es decir, vas a un servicio médico y te mandan a un cardiólogo. Una traba más. Inaudito. No volveré a presentarme nunca más a estas pruebas que me sirvieron cuando empecé a correr, hace más de treinta años, como estímulo para la práctica deportiva. Otra decisión más en la línea de aquél responsable que comenté hace unas semanas que decía que si los policías querían hacer deporte que se pagaran un gimnasio.

2 comentarios:

  1. Creo que tras cada una de vuestras decepciones hay un trasfondo que nos toca a todos y que me parece bastante peligroso alargado en el tiempo...

    ResponderEliminar
  2. Las nuestras apenas trascienden porque no podemos contar todo lo que sabemos, pero la sociedad se está movilizando. Esa es la esperanza.

    ResponderEliminar